Atienza, Guadalajara, 1484 - ¿?, 1527
Sibilas. Juan Soreda. Museo de Arte Religioso de San Gil. Atienza (Guadalajara)
Nació en el seno de una familia perteneciente a la pequeña nobleza, aupada a mayores cotas de poder por su colaboración con la reina Isabel desde los turbulentos momentos del inicio de su reinado. Su padre y abuelo murieron en el asedio a Gibralfaro, en plena Guerra de Granada, motivo por el que la monarca se responsabilizó de su educación.
Fue entonces cuando la joven se introdujo en el círculo femenino de la reina católica, caracterizado por la formación humanística y la apertura de espacios de libertad femenina, aunque éstos se redujeran a los campos de la religiosidad y la cultura. Sin embargo, y en claro contraste con lo ocurrido con otros miembros más destacados de la corte que mantuvieron cierta cohesión como grupo, abandonó pronto este entorno privilegiado para dirigirse a Salamanca, donde su hermano Luis ejerció como rector de su importante Universidad.
Se conocen muy pocos datos de su vida, tan sólo han llegado hasta nuestros días una serie de referencias de autores destacados de la época como Lucio Marineo Sículo o Pedro Torres, que nos aportan la imagen de una mujer capaz, dominadora del latín y de otros conocimientos relacionados con el derecho o las humanidades. En sus obras se dijo que nuestro personaje fue una “doncella eloquentíssima” y que impartió su saber de cánones de manera pública. Este hecho ha llevado a considerar que estamos ante el primer ejemplo de profesora e incluso de catedrática de universidad en la historia, especialmente a partir de la recuperación de su memoria ocurrida en pleno siglo XX, como ejemplo de capacidad de la mujer en el pasado.
Desgraciadamente, no se ha conservado nada de su obra y no es posible afirmar que llegara a ser catedrática y menos aún que sucediera a Antonio de Nebrija en su magisterio. Su formación debió ser sólida pero llegó en un momento en el que la sociedad no estaba preparada para admitir aún la presencia de la mujer en la formación universitaria. Su ejemplo, no obstante, sirve para mostrar el verdadero alcance del proyecto humanista femenino iniciado por la reina Isabel, que fue capaz de salir del entorno regio más privilegiado para adentrarse en la nobleza urbana y rural, en la que surgen algunos personajes como el comunero Juan Bravo, perteneciente a la misma familia.
Organizada por las Cortes de Castilla-La Mancha con la colaboración de la Real Fundación de Toledo