Luisa Sigea

Luisa Sigea. Anónimo. Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha

Fuentes:

Luisa Sigea

Es el último de los personajes en torno a los grupos humanistas surgidos en Castilla en los comienzos del siglo XVI. Fue hija del francés Diego Sigeo, formado en Alcalá de Henares y preceptor de María de Padilla en Toledo en los años de la revuelta comunera. Tras su derrota en 1522, huyó con ella a Portugal y actuó como necesario colaborador hasta el momento de su muerte.

En este ambiente y de acuerdo con los ideales más avanzados de la época, Diego formó a su hija Luisa para posicionarla en el entorno cortesano. Por ello centró sus esfuerzos en disciplinas como la música o el latín, necesarias para promocionar a cualquier buena doncella. Sin embargo, su formación fue más allá de la mera apariencia hasta el punto de conseguir que dominara el latín pero también otras lenguas como el francés, el portugués o el italiano, junto a lenguas menos comunes como el hebreo, el árabe o el siriaco.

Gracias a su contrastada capacidad intelectual pasó a formar parte de la cámara personal de la reina Catarina de Portugal y quedó luego asignada al servicio de la infanta María de Portugal, para la que creó un nuevo grupo de doncellas cultas a imitación de los que se habían generado en el entorno de Isabel I de Castilla unas décadas antes. En este sentido, fue una mujer excepcional pero también una excepción al ser la única mujer en encontrar una salida laboral por su capacidad y sólida formación académica.

En 1552 casó con el burgalés Francisco de Cuevas, antiguo criado de Juana I, motivo por el que abandonó la corte portuguesa para instalarse en Burgos. De allí paso a Valladolid para asumir un nuevo reto intelectual y entrar al servicio de María de Habsburgo, reina de Hungría y hermana de Carlos I.

Sus intereses fueron muy amplios al incluir conocimientos de filosofía, poesía e historia. Todo este destacado bagaje cultural quedó reflejado en la redacción de algunas obras en latín que, incluso, llegaron a ser publicadas en París tras su muerte.

Fue la última gran mujer humanista surgida en el entorno de la actual Castilla-La Mancha. Su muerte marcó el final de un momento de apertura y el inicio de un nuevo tiempo en el que la mujer perdió cualquier protagonismo. Desde entonces sólo algunas religiosas como Teresa de Jesús, fueron capaces de destacar, aunque por razones distintas, en un mundo claramente diferente.